28.4.09
























roomBA funky
ArteBA’09
22 al 26 de Mayo
Stand L93 – Galería Consorcio de arte
Rural – Pabellón azul y verde
Av.Sarmiento 2704, Buenos Aires

EUPHORIA
por Graciela Taquini



Sobre la serie “roomBA funky” de Marta Ares

Desde hace varios años, y mucho antes que otros creadores, Marta Ares ha estudiado y expandido las posibilidades del video como medio de expresión. Es una artista precursora en pensar y producir una estética digital no solamente con un diseño por computadora sino también en la dimensión material donde lo manual tiene una impronta decisiva.

Con la muestra roomBA funky nos propone el goce y la euforia de una catarata de formas que danzan en la superficie de la pintura, del acrílico o de las pantallas modulares produciendo una energía poderosa, una inyección sonora, visual y táctil de felicidad sensible que va más allá de cualquier concepto, que trasciende las bases racionalistas de nuestro bagaje cultural, muchas veces basado sólo en el pensamiento. Así, lo orgánico y lo musical se funden en armonía ( y melodía).

Si nuestros ancestros, los hombres de la prehistoria, recogían piedras con formas bellas ( y perfectas) que colocaban en (sus) las tumbas al lado de sus muertos -cuyos huesos pintaban de rojo-, es porque no sólo la trascendencia, sino la búsqueda de la buena forma, (forma formoso, hermoso) son inherentes a lo humano. Algo que el siglo XX (se ) desarrollara de modo científico a través de la teoría de la Gestalt que analiza la capacidad humana de configurar la percepción.

En las obras de Marta Ares, la sensualidad y el goce se apoderan de distintos soportes para brincar al son de música real. Todo baila, todo es móvil aunque esté quieto, todo resuena aunque sea mudo tal como lo concebía Paul Klee para quien música y pintura eran indivisibles.

Formas abstractas y de carácter casi biológico, a la vez reales y virtuales remiten a Matisse, se sostienen en el espíritu de Mariscal por nombrar alguno de sus artistas admirados. Estas formas, tal vez evocando cuentas, pastillas, amebas, pompones, caramelos, células, lunares, pueblan la composición, elevando la materia al movimiento en todos los soportes, impidiendo todo congelamiento ya que caen, giran, danzan, se deslizan en una explosión de multicapas de colores fríos y cálidos. De James Brown (Hot pants) a Prince (Kiss) y Laurie Anderson (Sharkey's night), pasando por Manu Chao (La primavera) a la música original de Fabián Kesler (Fluir Devenir, Día Vida…), esta muestra abre los umbrales de diversos y sugestivos canales sensoriales para inundarnos en un baño de forma, ritmo y color/calor, que trasciende la retina, haciendo presente y fundiendo el espíritu con la materia.
Graciela Taquini, agosto 2008.














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Movimientos del placer
Acerca de roomBA funky de Marta Ares
por Mara De Giovanni
Galería Bacano, 2008, Buenos Aires, Argentina
Formas orgánicas de múltiples colores se organizan cuidadosamente, a modo de calidoscopio visual y conceptual, en diferentes soportes. El colorido agita, seduce, invita a la fantasía y a reconocer un guiño hacia lenguajes artísticos conocidos de los años sesenta, como el pop, el op, el arte psicodélico, el arte abstracto y el diseño atómico a base de esferas de colores; los títulos de las obras –“Selva”, “Karamelito”, “Rumba mandala”, etc.- agregan al crisol otras manifestaciones culturales, y la música funky de Kesler acompaña la vibración e incita al movimiento. Todo se funde y se condensa en una estética novedosa que invita a pensar acerca del “placer” que la muestra suscita.“En el arte, el placer ha sido relegado a epifenómeno en nombre de algo más importante: la liberación, el sentido y la verdad consiguiente”, nos dice Fernández Vega (p.39); de este modo, el placer que surge del atractivo de las formas y el reconocimiento de lo conocido en la muestra de Ares es un paso previo a otro tipo de placer, el del “sentido y verdad” que sin duda trasciende las sensaciones.El título del video arte que da nombre a la muestra propone un interesante juego de palabras que nos da, en su búsqueda, ciertas pistas: roomBA funky condensa los conceptos que se ponen aquí en cuestión. Con la “palabra” roomBA se designa el lugar de la enunciación –una habitación de la galería Bacano de Buenos Aires-, pero también, por sonoridad, se alude a una de las manifestaciones artísticas más populares de Latinoamérica: la Rumba, que según el musicólogo Argeliers León “más que baile o canto, es un tipo de fiesta creada (…) por el africano y sus descendientes, sin excluir a los de origen español en los estamentos más humildes de la colonia” (Cit. en Lan).El significado de la palabra funky es más difícil de precisar: en principio designa el adjetivo de la palabra fank, que provendría del término africano Lu-Fuki –“olores corporales del vello púbico”. En el arte, según Lucie-Smith, aquello que se denomina funk o funk art es una tendencia que surgió en los años sesenta y que manifiesta “el gusto por lo complejo, lo enfermizo, lo andrajoso, lo extraño, lo vulgar, lo viscoso, lo abierta o encubiertamente sexual”(p. 120). Sin embargo, aunque pueda reconocerse en algunas de las obras de Ares situaciones encubiertamente sexuales –por ejemplo en la figura de una joven que coquetea con confites de chocolate que prometen una sensación de placer cercano al éxtasis-, con evidencia no es la estética del funk art la que se tiene en cuenta, y quizá se deba a que las consideraciones y valoraciones sobre el término mucho han variado hasta este momento.El funk es un género musical bailable que incluye elementos del Soul, del Jazz y de la tradición africana, y que resalta el ritmo por sobre la melodía. Surgió en los años sesenta, en el ambiente nocturno de las comunidades hispanas y afroamericanas de Estados Unidos con las manifestaciones del músico James Brown, y más tarde fue la base del desarrollo del Funky, que incluye variadas influencias de otros géneros y sonidos electrónicos. Desde los años noventa, la música funky no puede ser ya considerada como una particularidad étnica sino la más comercial de las formas musicales del rock.En la conformación espacial de la muestra, Ares evoca los orígenes de la Rumba y el Funky a través del emplazamiento marginal de las obras: ellas se ubican en las esquinas de lo que ha de considerarse el lugar privilegiado de exposición –el centro de la pared-, que asume aquí un significativo vacío. Son los bordes los lugares desde donde surge aquello que termina por transformar la realidad contemporánea ligada a la fiesta, al encuentro y al placer. La Rumba y el Funky asumen un nuevo estatuto en el universo de los guiños a los lenguajes artísticos de los años sesenta, y su presencia crea un nuevo ser.roomBA funky es resiliencia; es sentir seguridad aún en la incertidumbre de los conceptos en movimiento; es encontrar orden en el caos y volverlo nuevamente caos para hacer de él un elemento a crear; es despejar la vieja moral del Origen; es diversidad y heterogeneidad; es agitarse, sudar, desear y elegir; es igualdad de género, color o preferencia sexual.[4-x-08]Bibliografía:Fernández Vega, José. “La crítica del placer y el placer de la crítica”, en Lo contrario de la infelicidad. Buenos Aires: Prometeo, 2006 - Lam, Rafael. “La Rumba más larga del mundo”, en www.prensalatina.com.mx - Lucie-Smith, Eduard. Movimientos artísticos desde 1945. Barcelona: Destino, 1995 - Sparke, Penny… [et al.]. Diseño. Historia en imágenes, Madrid: Hermann Blume, 1987 – Taquni, Graciela. Euphoria., Buenos Aires: Bacano y Art Promenade Bs. As., agosto de 2008.www.ramona.org.ar/node/23446